Los microplásticos representan una parte importante del problema de la basura plástica que recientemente ha sido objeto de una intensa investigación. Las micropartículas (según la definición vigente) son menores de 5 mm, teniendo como tamaño las partículas más pequeñas encontradas hasta la fecha de 1/1000 mm, se introducen en el mar de diversas formas. Los nurdles, pellets o lágrimas de sirena, son una materia prima en la fabricación de los productos de plástico, qué, debido a la manipulación negligente durante el transporte (por ejemplo), se introducen cantidades considerables en los entornos naturales.
Investigaciones recientes demuestran que los textiles fabricados con fibras sintéticas, como el poliéster y especialmente el forro polar, pierden hasta 1900 fibras sintéticas en cada lavado. Los productos exfoliantes, muchos de los cuales contienen pequeñas perlas de plástico fabricadas con polietileno entrañan un problema similar. Todas estas micropartículas no pueden ser retenidas por los filtros de las plantas de tratamiento de aguas residuales, por lo que, al quedar suspendidas en estas aguas, logran llegar a los mares a través de los ríos y alcantarillas contaminando las playas; mares; y océanos, acumulándose como impurezas, y entrando en la cadena alimentaria.
El impacto ambiental que generan los microplásticos puede estar menospreciado por su tamaño, pero realmente es todo lo contrario. Según un artículo científico (Microplastics in the seas) menciona que numéricamente hablando los microplásticos son los objetos más abundantes en los océanos; y es inevitable reducir su incremento, ya que con el pasar del tiempo (meses, años) las piezas grandes de plásticos se convertirán en piezas microplásticas. El microplástico puede llegar a afectar física y toxicológicamente a organismos tan diminutos como las micro algas. Las micro algas son microorganismos vegetales con la mayor tasa de absorción de CO2 en el planeta.
Existen estudios demostrando que los microplásticos pueden llegar a incrementar la temperatura de la superficie de la arena en las playas, llegando a los 40º C en verano (según el tipo de arena), esto debido a la capacidad de absorción que tienen los plásticos para con los rayos infrarrojos, llegando a doblarse el rango de degradación de éstos por un incremento de temperatura de solo 10 ºC.
Los productos fabricados a partir de materiales naturales ofrecen una importante alternativa, ya que se descomponen en elementos inocuos que se desintegran en pocos años.