Conozcamos lo que nos venden

Biodegradable, bioplástico, compostable, muchos términos que se leen muy a menudo en las etiquetas de diversos productos, pero que no terminamos de entender porque nos proporcionan diferentes definiciones y resulta un poco confuso saber cuál es la correcta, entonces no sabemos si realmente lo que dice la etiqueta es real o no. ¿Cómo saberlo? Aquí te lo explicamos.

Compostable: materia biodegradable y desintegrable (descomposición física en piezas pequeñas) que se convertirá en abono para el suelo. Debe contar con ausencia o bajos niveles de metales pesados y que no tiene efectos negativos en el compostaje.

Biodegradable: todo material que sufre un proceso químico natural en el que diferentes microorganismos intervienen para transformarlo en sustancias naturales como el agua, el dióxido de carbono y los minerales.

Un material biodegradable no siempre es compostable. Fuente: swedbrand-group.com

Oxobiodegradable: tiene una definición similar a la de biodegradable, la diferencia es que en el proceso químico siempre debe haber presencia de oxígeno para que ocurra sin problemas.

Biocompuesto: producto hecho a partir de materia orgánica -como derivados de la madera- combinando los plásticos comunes, de tal manera que se use menos plástico que los productos convencionales. Es decir que, no son productos 100% compostables o biodegradables.

Biobasados: material hecho con materia orgánica renovable en su totalidad o parcialmente, como el maíz. Este tipo de material está hecho a base de plantas de tal forma que sea elaborado sosteniblemente.

Bioplásticos: se considera un producto como bioplástico si es biobasado, biodegradable o cuenta con propiedades de ambos, es decir que no tenga ningún compuesto que provenga del petróleo. Siendo totalmente orgánico.

Ahora, ¿por qué algunos productos de plástico dicen que son biodegradables u oxobiodegradables? Según muchos fabricantes, los productos de plásticos con características “biodegradables” se “descomponen” más rápido, lo cual afecta en menor proporción al ambiente. Es cierto de que esos productos se fragmentan más rápido, es decir, se hacen partículas pequeñas en un tiempo más corto, pero siguen teniendo los mismos componentes de un plástico convencional, lo único que los diferencia es un aditivo que se les añade para que se fragmenten rápidamente. Esto quiere decir que el daño es igual e incluso peor porque cuando un plástico se fotofragmenta con más facilidad, hace que el medio adquiera microplástico lo cual es casi imposible remover del lugar.

Por otro lado, cabe mencionar que usualmente las bolsas ecológicas que venden ahora muchos supermercados parecen ser de algún tipo de tela para reemplazar a las fundas plásticas, pero en realidad, se trata del textil no tejido.

Bolsos de cambrela (textil no tejido).

El textil no tejido también conocido como cambrel o cambrela, es un material formado por fibras unidas al azar, es decir que las fibras no forman hilos y pueden ser orgánicas o sintéticas (plásticas), aunque la mayoría de los productos elaborados con este material tienen fibras sintéticas. El cambrel fue pensado para uso médico y para reemplazar la tela; sin embargo, no es un material tan popular en la industria de la moda puesto que se fragmenta con mucha facilidad. Esto quiere decir que, al lavar nuestras prendas o bolsos en la lavadora, este material se va desprendiendo más rápidamente. Así que, si bien no es una opción ecoamigable, hay que lavar este tipo de bolsos a mano para que duren más.

Entonces, no nos dejemos engañar cuando un producto de plástico dice en su etiqueta biodegradable u oxobiodegradable o cuando nos dicen que el cambrel es mejor sustituto que las fundas plásticas puesto que la realidad es otra y es más grave que los productos que tardan más tiempo en fragmentarse. Es mejor comprar productos que están hechos a partir de materia orgánica y que son sostenibles, esto significa que, la extracción de los recursos naturales para fabricar estos productos genere el menor impacto posible en el ambiente.