Desde mediados de julio del presente año, hemos estado recibiendo imágenes y denuncias de un incremento en la entrada de botellas plásticas y otros artículos en las costas del sur de las islas de Galápagos. No es la primera vez que en las Galápagos se detecta la presencia de plásticos provenientes del mar, sin embargo, esta vez se estima que están directamente vinculados a la flota pesquera de 260 embarcaciones, mayoritariamente de bandera china, que hoy está en los límites de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) insular del país.
Foto: Andrés Vergara, guía naturalista en playa tortuga Bay en Santa Cruz, Galápagos, sábado 25 de Julio, 2020.
La presencia de esta flota representa varios peligros potenciales para la salud de los ecosistemas marinos y terrestres, y por tanto para la conservación de nuestros recursos naturales. Las ilegalidades con las que este tipo de flotas pesqueras operan en los mares del mundo, desconociendo los convenios internacionales suscritos por sus propios países y el nuestro, fue un tema importante a tratar en un seminario web organizado por el colectivo Pacífico Libre, del cual Mingas por el mar forma parte, en el que Oswaldo Rosero mencionó que el total de la flota China en el mundo está compuesta por más de 16 mil embarcaciones, de las cuales un 25-30% es no cooperante, es decir que no utiliza localizadores que deberían utilizar obligatoriamente, por ende, no se rigen a regulaciones establecidas en acuerdo internacionales; pescan durante todo el año sin cumplir vedas, disminuyendo stocks pesqueros e imposibilitando la recuperación de los mismos, afectando no solo al recurso mismo, sino a la cadena trófica completa. La falta de control de estas flotas incurre en mayor incidencia de pesca ilegal de especies vulnerables y en peligro de extinción. Además se abastecen de combustible en altamar, lo que produce derrames y por ende contaminación marina.
Estas “ciudades flotantes” que trabajan 24 horas al día, los 7 días de la semana generan toneladas de residuos, algunos de ellos ilegalmente vertidos al mar dejando una estela de contaminación en el océano, que estamos viendo llegar a las costas de Galápagos. Cientos de botellas plásticas e incluso tanques metálicos están apareciendo en las playas de diferentes islas. Al encontrarlas principalmente en las costas del sur de las islas, por sus marcas y por la ubicación en el que se encuentra la flota, la evidencia indica que estarían entrando a la reserva con la corriente marina de Humboldt. Por tema de circulación de corrientes marinas, estas no pueden estar ingresando a Galápagos desde el Asia. Además, por el buen estado en que se encuentran, se puede reconocer que no han viajado grandes distancias en el océano.
Foto: Washington Paredes, Isla Santa Cruz, Galápagos
Foto: Juliette Miranda, Isla Isabela, Galápagos
La entrada de estos plásticos a la Reserva Marina de Galápagos presenta varias problemáticas, por ejemplo, el peligro de ingesta de estos objetos por parte de animales marinos y terrestres; las afectaciones al paisaje, que en el caso de Galápagos es vital para su supervivencia, ya que su principal ingreso es el turismo. Esto, sin tomar en cuenta la cantidad desconocida de basura que se está hundiendo en mar, ya que no toda la basura plástica flota.
La Fundación Charles Darwin ha demostrado que los plásticos flotantes sirven como facilitadores de dispersión de especies marinas bioincrustantes como balanos, bivalvos, entre otros, potencialmente invasoras. En el 2017 se descubrió una nueva especie de percebe en las islas encontrado por primera vez en plástico recolectado en San Cristóbal y de ahí vuelto a ver en plásticos recolectados en Genovesa y Santa Cruz. Las especies invasoras son la segunda causa mayor de pérdida de biodiversidad a nivel global, esto resalta el riesgo que supone este tipo de contaminación.
Estos hechos han afectado de manera inmediata y seguirán afectando a largo plazo a las Islas Galápagos, declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad, por lo tanto, como parte de las acciones que estamos realizando para alertar a organismos internacionales y solicitar su apoyo ante esta situación, hemos enviado una carta a la UNESCO, a la ONU, al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y a la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (UNIDO), solicitando primeramente su pronunciamiento como Organismo internacional mediante comunicado oficial respecto a la situación que atraviesa el Archipiélago de Galápagos, Patrimonio Natural de la Humanidad; y su intervención como promotores, coordinadores y facilitadores para lleva a cabo acciones regionales para controlar este tipo de pesquerías no reguladas e ilegales.
Puedes descargar AQUI la carta.
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